Japón, quien
hasta ahora se mantiene discreto frente a la guerra comercial entre China y
Estados Unidos, podría ser el próximo objetivo de Donald Trump y ver convertida
en realidad su peor pesadilla: aranceles a sus automóviles. Esta será una
cuestión a abordar durante el encuentro entre el presidente estadounidense
Donald Trump, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, el miércoles al margen
de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Una guerra
comercial tiene que afectar los índices bursátiles y, tras ver el envidiable
estado de las bolsas americanas, quedaría entonces intentar prever el efecto de
dicha guerra sobre distintos índices bursátiles de interés en Europa. En un
caso conlleva a la relevancia de la relación sobre los principios de los años
noventa del siglo pasado, cuando ya tenía cierta experiencia bursátil, y se
cree que, para entonces, como ahora, se dio un enfrentamiento entre un
mercantilismo y el liberalismo económico de su mayor benefactor, Estado Unidos.
El caso japonés
fue crucial entonces para validar la teoría de los ciclos largos y en
particular la fase deflacionaria, así como sus efectos sobre las dos fases
seculares de la bolsa, las cuales son a la baja y al alza.
Los problemas
con Japón ya venían de antes de los Acuerdos Plaza y por eso, al tratar la
primera guerra de la globalización americana. Cuando el representante comercial
de Estados Unidos Robert Lighthizer y su homólogos de la UE y Japón
anunciaron la iniciativa al margen de la reunión de la organización mundial del
comercio acelerada en Buenos Aires el
pasado diciembre, no acusaron ningún país del particular por fomentar
supuestamente "condiciones de competencia desleal causadas por grandes
subvenciones que distorsionan el mercado y por empresas estatales,
transferencias forzadas de tecnología y requisitos de contenido nacional"
Por el momento,
consideran que lo único que pueden hacer es intentar reducir los daños
inevitables. "esperábamos que la escalada de la guerra comercial obligase
a las empresas estadounidenses a hacer entrar en razón a Trump, pero no
funciona", dice el profesor Tu Xinquan.
"Por lo
tanto, debemos reconsiderar nuestras medidas de represalias, que no deberían
ser demasiadas agresivas la mayoría de los desequilibrios se explican por las
exportaciones del sector automovilístico (vehículos y piezas) a Estados Unidos,
y la vista de esos "millones de automóviles japoneses" irrita a
Trump, en tanto que se venden pocos coches "made in USA" en suelo
japonés.”
Fuente:(La Opninión, 2018)
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